"Creo que la acción política es una combinación de varios factores. En primer lugar, el político necesita pasión para luchar por los principios que ha elegido para orientar su acción y defenderlos. La pasión también le permite crear y construir un modelo que sirva a los fines de la comunidad.
Pero la pasión sola no basta, hay que buscar un equilibrio entre esos principios y la responsabilidad que nos permite valorar los actos, ponderar sus consecuencias y decidir entre las distintas opciones que plantea la realidad.
En síntesis, no siempre podemos hacer lo que queremos, lo que está estrictamente acorde con nuestros principios, porque en muchos casos chocaríamos con la realidad, con los intereses y aspiraciones de los demás. Éstas son ideas de Max Weber, un educador y sociólogo alemán cuyas ideas conocí cuando estudiaba derecho.
Me interesa destacar dos conceptos de Weber; los referidos a la “ética de la convicción” y a la “ética de la responsabilidad”.
La “ética de la convicción” está animada por la obligación moral y el seguimiento absoluto de los principios. En cambio, la “ética de la responsabilidad” valora las consecuencias de los actos y confronta los medios con los fines.
Es decir, nos permite evaluar las consecuencias y las diversas opciones o posibilidades ante una determinada situación. Así podemos valorar los fines, y también los medios –instrumentos, herramientas- que apliquemos o que pensemos aplicar para alcanzarlos.
Esstoy convencido que el fin no justifica los medios, por lo cual los políticos necesitamos de una racionalidad en nuestra acción, en nuestra práctica, que ayude a reconocer la necesidad de combinar adecuadamente lo instrumental y lo moral para no caer en el pragmatismo, y que nuestras acciones carezcan de sentido. Pero tampoco resulta conveniente estar tan apegados a los principios de modo tal que éstos nos impidan actuar con libertad y soltura."
jueves, 10 de mayo de 2007
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